Prólogo
por Dr. Enrique César Lerena de la Serna
UN REALISMO VIRTUAL LLAMADO ECOLOGIA
I
La teoría pasa, y el sapo queda.
Jean Rostand
El asunto remite a 1873, fecha en que Ernest Haeckel (1834-1919) publicó los fundamentos de una cosmovisión muy feliz, denominada Oiskología, propia de los mitos y fraudes de este biólogo.
. . . Haeckel, quien para demostrar su tesis de la Generación Espontánea falsificó embriones (engaño descubierto por Heinz Brass) y que, poco científico sostenía: "El calor y la lluvia engendran un género de batracios primordiales, espontáneamente, según pude advertir" (1)
Pero los econautas, insaciables, remontan orígenes al tan griego y naturalista Anaximandro (610-547 AC). ¡Cuidado con la mitología; se defraudarán en un mundo sin cosmética ni relojes! ¡Vuelvan a Haeckel, al Padre Histórico . . .! Allí está el Paraíso y no existe lo fúnebre, el biocrón (2) , la entropía e, inversamente, las lluvias generan ecológicas ranas anche algunos sapos cancioneros.
Ecoloritos presuntuosos, ¡ir tan lejos!, querer que Anaximandro los apadrine . . . y no conviene al discurso. ¿Cómo culparían al hombre por "los betunes" (hoy mareas negras) en el Mediterráneo de aquel tiempo, "donde se ahogan delfines con resoplidos de espuma crasa"? (¿Culpa de la Esso, Shell, o de la Ulises Petroleum Co.?). Ni encontrarían al hombre culpable de los suicidios colectivos de uros, los últimos toros salvajes de Europa y "cuyas inmolaciones en masa –describe Anaximandro- ocurren sin ninguna razón aparente" (. . .) "acaso un ataque de mosquitos o de moscas picaorejas, lo ignoro, pero, tal si de súbito enloquecieran al unísono, mugen, galopan y se lanzan a la mar desde un barranco, y es un horrible morir, misterioso de Natura". (3)
Anaximandro, más bien, parece el padre de la Ethología (4), porque escribe de los comportamien-tos, del suceder, sin un juicio moral, y no reduce el cosmos a una maquinación de resortes y engranajes (Ecosistema), al tira y afloja de Fraudes y Mitos... Bastaba con Haeckel.
. . . O bastaba acudir a un diccionario etimológico, pues en el uso de términos y nombres – en la elección inconsciente de palabras, digo - se denuncian personalidades, costumbres, axiomas, metodología, salud; Jacques Lacan, a fuer de Seminarios, apenas lo dice mejor que aquí:
"Ecología, del griego eejoo y echó, eco, repetición de sonido por torcimiento de las ondas acústicas, ruido confuso, ampulosidad retumbante, discurso vano o vanidoso, chisme, y del G. lógos, logo, signo, señal, marca, membrete, vocablo, resumen, concepción, tratado, conocencia, suma". Por añadidura, ecosistema, voz derivada de eco "y del G. sisteemi, de sys, con, y el verbo isteemi, acomodar, convenir, tratar una cuestión o arreglarle haciéndola verosímil" (5).
Haeckel y su Oiskología hubiera significado al ecologismo una generatriz menos espontánea, abstrusa y fantasmagórica cual el oikos de las casas... virtuales e intangibles.
II
"Jamás el miedo produjo buenas ciencias . . ."
Pedro Abelardo
"Hombre, no tomes nada;la Naturaleza conoce
el gran secreto . . . y sonríe"
Víctor HugoComparte con la Escuela Basilio, los astrólogos, los parapsicólogos de barrio y los jugadores de fútbol, naturalmente, la pretensión de ser Ciencia e indiscutible. Los excita el fin del Milenio, Nostradamus y las extinciones zoofágicas, las catástrofes armagedónicas y los desequilibrios ecológicos.
Mas, perogrullada en Ethología, un "desequilibrio ecológico" sólo constituye una estación del Equilibrio General, un detalle del conjunto, -irreversible y dinámico- y, detenerse en el detalle, en la anécdota, desemboca en los miedos y en las supersticiones, en la quietud moribunda.
La moraleja arruina las fábulas y los mitos.
Las opciones, aún las ecologales, son dos, y al devenir terrestre, del universo y suburbios, lo explicamos por dicotomía de creencia: o que todo es obra del azar, o que todo es obra de un plan. Si todo resulta obra del azar, (incluso la evolución, Darwin y sus selecciones), carece de sentido cualquier proyecto ecologista. Y, si por el contrario, todo responde a un plan, no sirve preocuparse, pasará lo que deba ser y, la depredación de animales o de bosques, los "desequilibrios" y las aberturas de ozono, forman parte del plan, previstas y consentidas, o concurren y aceleran el cambio hacia el futuro.
Conviene a la naturaleza de la Naturaleza el transformar la naturaleza de hoy; creo que las posiciones decadentes del ecolatrismo, la duda y el miedo al cambio, conforman inclusive un modo de liberarse de una actitud morticia y de la materia cansada.
"La desconfianza mata al hombre", acota redundante el refrán.
Entonces, ¿es un problema filosófico? De Ontología, cuyos desequilibrios –causados por el dogma ecologal, sus sanedrines, curanderos y fiscales- procuran la conjura para detraer la inmanencia.
¿Qué no suena científico?
Kostas Axelos, un sociólogo duro y nada optimista, refuta a los pusilánimes: "El desenlace, el futurible de la Naturaleza, no se puede presuponer, ni comprobar, porque un cambio de grado y de naturaleza es en sí un cambio de grado y de naturaleza" .(6)
. . . Terreno inútil; en este o en la Filosofía, y a diferencia del campo del Arte, sólo se logra persuadir al . . . ya convencido. Con los otros receptores, no habrá pruebas y documentos que valgan (repiten su cassette ecológicamente).
. . . Ellos, por lo general prosaicos, en el refute transbordan equipaje a la poesía, al surrealismo, y aceptando que "la Tierra es azul como una naranja" (Paul Veraline) e, imperdible versión guaraní, "tus ojos son verdes como el cielo de Paraguay" (Víctor Flecha), se refugian – ecologizadores - "en la Naturaleza, cuando en estado puro, era verde fluorescente".(7)
. . . Debate infructuoso. ¡Y me toca prologar un libro de causa perdida . . !
III
"Todo puede demostrarse:
algunas veces, también la verdad"
Oscar Wilde"La verdad oculta trae infortunio"
Friedrich Nietzche"Ciencia no es verdad a medias . . ."
Florentino AmeghinoNo recuerdo si hay un estilo para los prólogos; si se escriben en tercera persona, o con plurales –al modo papal o, aún más eclesiásticos, al de cualquier monaguillo de la Sagrada Ecología- y, diligente, si largos o cortos, de galanura o de coliche. Cabe que, de existir un género, jamás lo conociera. Mi generación fue la de saltearnos los prólogos y meternos veloces en el alma del libro (su precariedad, precisamente, merecía el apuro).
Accedimos así a la cultura del goce del saber, no al culto de la sabiduría de los faquires y los gurúes impecables.
Liberador, Carl Jung exculpa de misiones paralizadoras: "Para vivir a pleno, no se necesitan vidas perfectas sino completas".(8) Y desde el vamos, un libro a favor de la industria, de la osadía, de la verdad, desborda prólogos y presentaciones.
Es que el propósito, a pesar de su inscripción –Ecología = Mitos y Fraudes- compromete en pos de un Tercer Pensamiento (ni consumista ni ecólatrico). Al respecto, Martin Heidegger dijo: "Fracasaron todos los ideólogos, únicamente la tecnología produjo una revolución verdadera. Las máquinas permitieron abaratar el alimento, el vestido, la vivienda, las medicinas; no obstante que la tecnología no está generalmente en buenas manos, ni al servicio del hombre por entero. Y sin embargo, resulta irrefutable, obtuvo mucho más que cualquier planificador humanista" (. . . ) "No hay por qué temer a las consecuencias de esta nueva forma de pensar, salvo si tememos que al hombre le vaya mejor en el futuro"(9)
Heidegger, en sus últimas declaraciones, señaló: "La técnica moderna es un poder de tal magnitud decisiva, que determina la Historia y, a esto, apenas se le ha atribuido importancia. Para mí es decisivo que la tecnología imponga los sistemas políticos" (. . .) "y, más todavía, porque la técnica se halla en su juventud" (. . .) "suele calumniarse a la Tecnología por defectos y errores involuntarios, propios de juventud; no se olvide que es muy joven, no tiene más de cientocincuenta años, ella sola los corregirá; son problemas tecnológicos y muchas veces causados por quienes se oponen a la Tecnología" (. . .) "Debe uno preguntarse si la contemporaneidad es la medida de las actividades del hombre actual o si la actitud determinante es el Pensar Ocioso o el Poetiza Naturalista" (. . .) "En el terreno de los conocimientos actuales, pesimismo u optimismo . . . son posturas que duran poco Se teme por el futuro humano, por el planeta; pero, porque ese pensamiento corresponde a otra época, a un futurible del pasado"
En el reportaje, Heidegger subrayaba: "Leibniz, al desarrollar la Física Moderna, terminó con la Filosofía. La Filosofía carece de eficacia semejante. Su papel fue asumido por las Ciencias, y aún no se comprende" (. . .) "La Cibernética suplanta a la Filosofía; ahora sólo es posible interrogar en tales términos y desde una perspectiva nueva" (. . .) "Solamente una nueva cultura, en la que participe el goce del conocimiento evolutivo, desentrañará la Esencia Tecnológica" (. . .) "y los filósofos, excepto los que pregunten con un nuevo Pensamiento, otro Pensamiento, perjudican a la Evolución y al Ser" (. . .) "Este Pensamiento tendrá que discernir o cuestionarse el mundo en su totalidad, recusando a la Filosofía que, inspirada por la tradición pre-tecnológica, fundamentó a las ya inservibles interpretaciones de la naturaleza".(10)
Ese Pensamiento anima la obra de Eduardo Ferreyra, la que no se reduce al mentís de las perfecciones del ecologismo; vindica –con indiscutibles testimonios- a la Técnica denigrada, a la energía nuclear y a cuanto innova y naturalmente . . . repugna a "los trasnochados guitarreros de pulpería", al "naturalismo confitero", como dicen apodaba Clemente Onelli a los precursores de Greenpeace, La Red, Die Grünen, María Julia, etc.
. . . Tiempos de (ancestrales) payadores de Santa Ecología –juzguen por los apodos en broma - "vagos y malentretenidos con las frituras del sartén académico", "unos silvestres de París y Londres" (11); en la época de Onelli el ecoterrorismo usaba chiripá (pañales) y un peón golondrina no hace verano. (12)
Contemporáneo de Ferreyra, los ecoterroristas (más de medio centenar de organizaciones y, desde 1971, casi 6 mil atentados) aguardan un apodo diferente al de cretinos; no lo encuentro para el australiano Grupo de los Seis, tampoco para los alemanes Werzoogruppe (WZG), Animales Sagrados, el ala fundamentalista del Movimiento Ecológico alemán (DEM), el sofisticadísimo y militar Ulaike Meinhof-Puig Antich, los ingleses Animal Liberation Front (ALF) –que realiza operativos por toda Europa- Reina Victoria, Amigos de la Tierra, Free Animals y Ecol, los franceses Nature y Frente Verdirrojo (partido donde confluyen los ecologistas, la izquierda radical, el neomaoísmo y los anarquistas de Acción Directa Libre Francia), el austríaco Spartakustier, los italianos Intifada Animale y, más recientemente, Lupi Grigi, Eco-Acra, los Escalones de Comba-te de la Nueva Intifada Animal Italiana (IAI-Z), Vigia-E, Guerra Mundial Ecológica (GME) y Sirius, los norteamericanos Animales Angélicos, Eco-Space-O, Hermanas Ballenas, Movimiento de Liberación de los Simios, Guardianes de la Era Acuariana, Naturalwar, Guerreros del Paraíso, The Community Actio Movement (MOVE), y Water Underground, los españoles Organización Madre Tierra Geoeko, el madrileño Grupo de Acción Directa Ecologista de España (GADE), el Catalán Merde en la Montagna, el vascuence Brazo Ecológico Armado (rama de la ETA) . . . ¡Suma y sigue! El listado ha de justificarse porque el ecoterrorismo es lo único serio que posee la ecología.
En lo demás, ¡no tiene seriedad pa´ nada! (Véanse los respectivos apéndices del prólogo)
IV
"En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira;
todo es según el color del cristal conque se mira"
Anónimo
Brujas y sinarquías "no existen"; y las apariciones de la Internacional Verde –un apodo sinárquico que el ecologismo adoptara- por el cambiante colorido de su paleta hegemónica (aquel viejo truco del camaleón), permiten ver a los siete brazos y nunca a la hidra.
Es que las ocasionales coloraciones del espectro político (caso el sistema rojo), al añadir tintes terroristas a la figura, presagian un oscuro cuadro; apresuramos la claridad y, daltonismo cinético, pintó la metáfora del ecólogo y la sandía ("Verde la cáscara, y por dentro muy roja"): ¡Era al revés!; similar, acaso, a un venenoso fruto de las brujas del bosque de Greenpeace (las de engañeras casitas de chocolate dietético, dulceleche de soja y juguitos de arroz integral).
El color advierte de las costumbres del instrumento, de sus objetivos inmediatos y oportunas circunstancias. Refleja lo que el Espionaje conoce como "historia en la historia" (13) y, lides de conjunto, lo Militar denomina "maniobra de diversión". (14)
Y ahí, en la prueba segura, las lucubraciones se llaman chascos.
No hay mejor escondite que lo obvio.
El ecologismo es su ideología. "Allí está la madre del borrego"; los colores (de izquierda, o del Primermundo) sólo son "la luzmala del campo" y "bultos que se menean".
Teocrático, fundamentalista y colonial, el ecologismo incluso enmascara a su trono con los colorinches de las paredes de los squatters (Modelo María Soledad Rosas, Edo Massari) y okupas españoles y criollos (en Córdoba, Grupo Nahuel Pam; en Rosario, tribus del CKI o Centro Kultural Independiente, en La Plata, Komunidad Eko-Akracia, etc.)
Les confieso que, desde mis primeras "contraecológicas", publicadas en el diario rosarino La Capital (1978), yo me distraje con el tentáculo zurdo de la Ecología. Expuse –en diez o doce artículos- cuantiosa documentación, generalmente cables de las agencias de prensa recibidos por las redacciones donde anduve y que, considerados "caza de brujas", iban a parar al cesto ecológico (y luego a mi archivo). Con ese material, irrefutable, insistí con que al Gran Bonete se le ha perdido un pajarito y dice que el Rojo lo tiene, y lo publiqué en cuanta revista y diario pude.15 Naturalmente, también me opuse al mito de la "extinción de animales causada por el hombre", escribí de las bacterias que manducan hidrocarburos y para las cuales un derrame petrolero es pan comido, expliqué las verdaderas razones fúnebres de la mayoría de cetáceos, pandas, elefantes, tigres, etc. (y la prosperidad de ratas, coyotes, cucarachas, pulgas, hormigas, etc., y la de hongos, virus y otras miniaturas juveniles) e, inevitable en mí, me ocupé del ángulo filosófico de la Ecología y su cosmovisión decadente, lúgubre, rechazada por el sentido común, el Orden Natural, el Ser . . . Pero, cada vez más preocupado por la coloratura, volví al tema: "Era" Roja, ¡y de los bolches militantes!
En aquel entonces, para colmo, -en una librería de reventa- unos volúmenes que, por el origen de los cristales, se descartan las ilusiones ópticas y la distorsión ("rayaduras de facho"), a saber: en dos tomos, Trofim Lyssenko, biografía y escritos (Obras completas), Editorial Claridad, 1947); y un librito, Ecología y Revolución, Nueva Visión, Colección Fichas, No 45, 1975, (red. castellana de "Ecologie et Revolution", L´Obs, 1972), con los discursos pronunciados en el IIIer Congreso Internacional Ecológico –entre los oradores, Marcuse- ante 1200 delegados de la verdura ecuménica auspiciado por, y en la sede del Club del Nouvel Observateur, París, 15 de Junio de 1972.
. . . Y leí a ese muchacho Lyssenko, "Genial Institución Viviente y la Mayor Gloria de todas las Ciencias Universales" (José Stalin, sic), "Camarada Biólogo y uno de los forjadores de la Ecología en la Unión de las Repúblicas Soviéticas" (Iura V. Szicov, sic), citas prologolares transcribo, mas, no leí en la biografía que Lyssenko fuese responsable de la Siberia de Zhores Medvedev y otros sesenta científicos, opositores de las verdes teorías (aquí rojas y obligadas). Alguien dirá que en la época de mi lectura, Stalin "nunca había gobernado la URSS, ni existió nadie con ese pseudónimo", bien, no obstante Lyssenko continuaba vigente, más aún, de moda, y estos dos cables lo confirman: TASS, 1-8-75: "El actual presidente de la Academia de Biología de la Unión Soviética, Ing. Genet. Boris Parvasia, dijo: Trofim Lyssenko recalcaba que la ideología debe ocupar un campo donde ninguna tesis la refute, el de la Ciencia, y para ello la Ecología cumple un papel invalorable, primordial. La Ecología puede movilizar a las masas con un incuestionable planteo, el de la defensa ambiental o los animales"; TASS, 6-3-78: "El delegado legislativo de las juventudes de la URSS, Boris Dimitri Krapatin, en un artículo publicado ayer en Pravda expresó: El sistema ecologista, manteniendo el subdesarrollo de las naciones atrasadas, favorece las condiciones necesarias para la Revolución Mundial . . ." (sic). Seis años después, como para completar –en un debate que mantuve por radio con el ecologista Antonio Elio Brailosky, ganador del premio Coca-Cola (ya legal en la URSS)- el escritor Marcelo Moreno acotaría: "Sí, objetivamente, los ecologistas sirven a la política de la Unión Soviética para infiltrarse en Europa . . . ¿no?; digo . . . sin querer parecerme a monseñor Medina. Los ecologistas y los pacifistas son unos señores que están en contra de que los norteamericanos pongan cabezas nucleares apuntando a Rusia, pero no les importan los cohetes de la URSS apuntando a Francia . . . Objetivamente, laburan, por así decirlo, amistosamente, laburan para los Rojos. . . ¡y son muy simpáticos!, desde luego, muy simpáticos, pero mucho más simpáticos para los sucesores de Stalin que para nosotros" (16); dándole razón, unos días antes, cinco diputados del Partido Verde Alemán (Die Grünen) fueron procesados por espionaje a favor de la Unión Soviética. (17)
Y leí Ecología y Revolución; acá van algunos ejemplitos de estos muchachos tan ejemplares: Los disertantes "no tardaron en rechazar la solución tecnológica para los problemas de contaminación y ambiente" y "buscar en el socialismo radical la verdadera dimensión de la revolución ecológica" (Comentario de Michel Bosquet, de L´Obs).
"La dialéctica política obliga a utilizar disfraces, pero a los comunistas se nos reconoce por sus objetivos" (frag. del sociólogo francés Edgar Morin, asesor del Partido Ecologista Belga);
"La Ecología, por los parámetros que introduce, es una disciplina profundamente subversiva" (frag. del líder de los Verdes franceses, Philippe Saint-Mare, autor del libro Socializar la Naturaleza);
"La falta de un modelo socialista, es decir, el fracaso de las experiencias comunistas actuales, no es en absoluto un obstáculo, puesto que el objetivo fijado depende esencialmente de la originalidad de las luchas que se emprendan, y la Ecología es original e insospechada , invicta", "no es necesario citar a Lenín, sino ecologizar", "disponemos aquí de un medio de acción, de movilización, de la solidaridad de los intelectuales alrededor de un proyecto colectivo, la Ecología, que no puede dejar de ser socialista" (frags. del líder Edward Goldsmith, uno de los dirigentes de Greenpeace, Paz Verde, y co fundador de Earthwatch, Vigilancia de la Tierra, caretas de la Green Monitoring International, la Internacional Verde de Monitoreo);
"Destaco un apotegma del ecólogo francés Michel Serres: La cuestión reside en dominar el dominio, no a la naturaleza" (Edouard Maire, líder del ecologismo francés).
Por último, la estrella invitada –estrella roja- y, de a ratos, filósofo: "Las naciones no-marxis-tas son medio ambiente no contaminado" y alentó: "no se trata de purificar la sociedad , sino de reemplazarla", "la Ecología desemboca necesariamente en un combate militante por una política socialista" (Herbert Marcuse) (!) (cfr, op. cit).
Roja "fue" en aquel tiempo la Ecología. En la revista Primera Plana (No 4, 13 al 26/5/93) titulé un artículo mío: "Verde era la Ciencia, y el burro se la comió". Y no lograba desasnarme. De pronto me cerraba por qué Rudi Dutschke, el de las barricadas de París del ´68, el Rojo Rudi, expulsado de Gran Bretaña en 1971 y de Noruega en 1978 por considerárselo espía de la KGB y difusor del neostalinismo, ganó una banca como diputado de Die Grünen en 1980; él mismo lo explicaría: "Las banderas del ecologismo resultan más atrayentes y un modo de reclutar adherentes entre los jóvenes a quienes el comunismo a secas dejó de interesar". (18)
Me cerraba que dos diputados de Die Grünen, Frau Krista Nickels y Herr Julius Krizsan, por invitación de las Madres de Plaza de Mayo (19), pronunciaran una conferencia (Sala A-B, Centro Cultural Gral. San Martín, Bs. As., viernes 2 de marzo de 1984), Ecologismo y Libertad, "pues los Verdes tienen mala prensa, para nada son terroristas y esas cosas las aclararemos ahora" (anunció el anfitrión y mutante –de Henry Miller a ecolojoso- Miguel Grinberg) y "porque estas declaraciones corregirán rumores y terminarán con las calumnias" (Ibidem), ¿cuáles?, bueno, "la relación con el Partido Comunista no nos orienta hacia Moscú", "trabajamos en común con el PC, pero por la Paz", y "no hay que caer en ideologías lisas, ni en el peligro de un anticomunismo llano" (Nickels), "previamente era social demócrata", "¿qué nos une al terrorismo?, los legisladores de Die Grünen no contestamos preguntas reaccionarias", "mantenemos con el PC una política de buena vecindad, sin encerrarnos" (Krizsan) (20). A mí me cerraba Roja . . .
. . . Y cerré, al fin, cansado, los ojos. Quizás en el Informador Público, en 1987, cuando el Gallego Iglesias" 21, rompiéndome una nota, me informó: "La Ecología no es, no es comunista, ¿entendido?", como pedirme: Sea, Ud. un prematuro Homero, un Borges. Debí replicar, a lo Unamuno: "En mi hambre mando yo". Por tener tacto, uno come en la ceguera, Compensación: Casi se hizo tangible la Ideología ecológica.
. . . Una Ideología, suya y sinárquica, cuyos intereses y/o maneras y/o aparatos son "lo que hay en el tablero": los imperiales del capitalismo (incluyendo la New Age, la post-modernidad Verde Fluorescente y los acuarianos de la secta Brother Phillip) y del comunismo (ortodoxos, prochinos, neoizquierdas europeas, norteamericanas, rusas y, versión criolla, MTP y Quebracho y además de progres y "estúpidos útiles"), aparte de los anarquistas (clásicos, tipo okupa, "esotéricos" del partido Humanista (22) , etc.);¡el mismísimo arcoiris!
. . . Ideología que los ecólogos niegan rotundamente, aún quienes reconocen un cierto existir de brujas del ecoterrorismo ("pecado venial", se deduce). ¿Por qué? Lástima que no respondan a preguntas reaccionarias. . .
Quince años atrás, la revista El Porteño me entrevistó (23). Publicado el reportaje, previa traducción, fue remitido a la entonces República Federal de Alemania, para que Die Grünen contradijesen mi parlamento. En Bremen, a 14.000 kilómetros de donde yo vivía (17), imagino que el diputado Udo Rolf Gerdes meditó bastante su respuesta: "Enrique César Lerena de la Serna debe ser un hombre especial, con alcance intelectual que parece amplio; por esta razón suponemos que su opinión respecto a ecología y conservación del ambiente surge de la interpretación propia, aunque las fuentes de su euforia mental no necesariamente deban ser ciertas. Puede ser verdad que la Ecología sea utilizada por ciertos partidos políticos, adecuadamente comprometidos, en forma egoísta y a veces bien disimulada, para alcanzar determinadas metas económicas, pero, ¿esto no forma parte de los seres humanos? Cada partido tiene su bandera, recluta adherentes gracias a slogans promisorios, les cuenta algo en tono más o menos patético, les graba en la memoria imágenes alarmantes de ´los otros´ . Y los estrategas partidarios responsables, por puro instinto de conservación y para estar seguros de sí mismos, siguen aferrados a la meta fijada, y suele ocurrir con cierta frecuencia que asciendan hasta el fanatismo y el terrorismo. Esto puede dar origen a dictaduras y represión"(. . .) El hecho de que Lerena de la Serna presente los pensamientos de esta manera, constituye un peligro para la tarea positiva y totalmente desprendida de toda ideología de dar solución a los problemas tan candentes del medio ambiente. En ese sentido tiene también razón en condenar y caracterizar como fanáticos y terroristas a aquellos que extorsio-nan, amenazan, saquean y destruyen para resolver esos problemas. Pero opino que él NO tiene razón al decir que la Ecología es una Ideología. NO LA Ecología que defendemos nosotros, porque no seguimos una bandera y no necesitamos de ningún color como característica externa. Y si él considera que, por ejemplo, las ballenas ´son animales crepusculares, acabados´, puede ser que tenga razón, pero es irrazonable atribuirnos una Ideología por exponer la técnica cada vez más sofisticada de matanza y elaboración. También se podría calcular alguna vez, ya que él los hace con las ballenas, cuántos arenques por día son ingeridos por el hombre, de qué manera, en parte indiscriminada, día a día los mares del mundo son rastreados para el almuerzo del hombre".
Los Mitos y Fraudes que desarticula Eduardo Ferreyra en su obra no proceden, como las patrañas y camelos andaluces, del gusto de encantar y entretener. Divertir e Ideología solamente se juntan con intenciones coloniales y designios de esclavitud. (24)
V
"La Ecología confunde la realidad de su discurso
con la realidad del planeta . . .
Konrad Lorenz, Premio NobelEvolución es tomar lo viejo para hacer lo nuevo.
La Ecología sustenta una tesis antievolucionista,
sin interés científico de ninguna clase . . .
Francois Jacob, Premio NobelEste libro se caracteriza por el hecho de sumarnos a la Epopeya del autor: estudio heroico, incontrovertible, admirable. Prologarle ha sido anticipar la conducta de lectores que, con sus acotaciones y testimonios, tercian en una batalla de oposición moral (25), pues litigamos la hombradía y no por la sutil inmortalidad del cangrejo.
"El medio es el mensaje" (26) . El del libro, botellita que se lanza al mar de televisores plagados de sirenas ecológicas –y cuyos Ulises, navegantes de Internet, leen muy poco (27) - depende de la Fortuna; mas, el mensaje es la botella (28), otras noticias, el Camino del medio (29), (Ni el "medio ambiente" de los discursos, ni el consumismo fútil).
La obra de Alain de Benoist (30), único precedente del libro de Ferreyra, nunca fue traducido al castellano y trata –como mis columnas o las de escasísimos autores (31) – del aspecto sociológico, la "biología", la cosmovisión y las necedades ecológicas en general. Nadie se había atrevido, hasta Eduardo Ferreyra, a meterse con los grandes cucos ecologeros: "El Agujero de Ozono", "el Efecto Invernadero" (aumento de la temperatura global, o disminución depende de la frialdad de la audiencia o de los ardores del disertante), "las lluvias ácidas", la tala de bosques, los colorantes y productos "cancerígenos", el DDT, los residuos atómicos . . .
¿. . . Y la Naranja Bilz, Bidú, el turrón turco y los pirulines, los caramelos Media Hora –cancerígenos-, el Xencu, las figuritas Po-Pó, el Meccano, el proyector de cine Hollywood, la muñeca Linda Miranda "que camina, mira y anda" –causa cáncer-, y CASI, el "suspensor del Hombre Libre" . . ? ¡La Ecología es una religión insaciable! ¡Un Culto a los ídolos rentables de la Escamoteada Estadística! No cuentan, por ejemplo, que el oso polar, tres veces más cazado que la foca, no está en extinción, y la foca sí; o que los lobos mueren, en un 85%, por peleas internas de la jauría, y agréguense los fallecidos por accidentes, enfermedades, parásitos, alimentación incorrecta, clima, etc., y sólo un 6% a causa de cazadores.
¡A las ratas ni siquiera se las pudo exterminar con explosiones nucleares! Cito: "Esa fue la impresión que tuvimos en Mururoa; las ratas grises (Rattus norvegicus), no solamente resistieron las pruebas atómicas francesas, sino que estaban tranquilas y de buen ánimo. Triplicaron su resistencia a las radiaciones, duplicó su fecundidad y, notoriamente, su inteligencia" (32); y cito: "Luego de la práctica nuclear sobre el atolón de Eniwetok, observamos que las ratas sobrevivientes al estallido no presentaban signos de hallarse afectadas por las radiaciones; tampoco la descendencia mostró señales de alteración morfológica, psíquica ni conductal. Cabría pensar que, para ellas y sus vástagos, nada sucedió allí. Ni en los ejemplares, individualmente, ni en sus colonias, como emergente colectivo, no hallamos signo alguno de miedo o malformaciones derivativas". (33) Ningún comentario del ecologismo; tampoco del nacimiento de nuevas especies . . . porque fastidian al Apocalipsis ecologal.
Mitos y fraudes, y confundir adaptación con mutaciones (Mutación, del L. mutilus, del G. mytilos, mutilado); dice Jean-Baptiste Pier Antoine de Monet de Lamark: "Las mutaciones son la antesala del crepúsculo", "las mutaciones, irreversibles, conducen fatalmente a la extinción de la especie que ha mutado en lugar de adaptarse", "las manos, convertidas en aletas, no vuelven a ser manos, y reinar en un período geológico acuático, tal el ejemplo de la ballena o de la foca, implica desaparecer en el próximo ciclo terrestre . . ." (34)
Resulta interesante oír a un científico que le acallaba ecologías al kamarado Lyssenko; escribe: "El hombre no mutó sus manos por el uso de herramientas; de lo contrario, como ocurre con muchas especies, habría personas con manos-martillo, manos-tenaza, bocas-pinzas, pies-ruedas".(35) Y revisemos al ya mitológico bolazo, el "caballito de batalla" de la Ecología:
"La Revolución Industrial, en 1885, a causa de los hollines depositados sobre los árboles, produjo un cambio de coloración –de blanco a negro- en los gusanos de seda. Este fenómeno se denomina en ecología; melanismo fabril y es una de las tantas mutaciones provocadas por el hombre, pues dicha mariposa se adapta a la técnica, o desaparece". (36)
Pues bien, disculpo que el ecologismo no leyera a Lamark –Haeckel jamás lo citó-, y que entre la bibliografía del ecólogo galopante de "caballito de batalla", anche unicornios y centauros no figure un cierto Engels, ni convenga; pero, muy distinto será conocer elementalidades de la Zoología y un poco de conducta de las especies . . . ¿O la omisión vende baratijas a caballito de la Ciencia? Sí, pues la variedad oscura del gusano de marras la registró Carl von Linneo con el nombre pictórico de Besten betularia spp, mariposa antiquísima, más que las chimeneas y la industria del taparrabo de mamut y las bikinis de Daphaenus (protocan). ¿Y entonces? Bueno, la subespecie blanca (Beston albalis) se redujo – sin desaparecer, ¿eh? – porque los pájaros insectívoros la detectaban fácilmente; a la inversa, la oscura – menos visible - impuso dominancia y, Ley Ethológica, "los animales de color negro rara vez son comidos, porque en el idioma de la Naturaleza lo negro significa venenoso, "aléjate de mí" .(37)
. . . Y paradojas de la Ecología:
Talaron miles de árboles para obtener el papel conque imprimir sus libros de protesta por la tala de bosques.
Contribuyeron a la formación de "mareas negras" para disponer del petróleo con que grabar sus filmes contra los derrames marinos de hidrocarburos.
Demandaron (como Santiago Oliver y los grupos ecologistas Foro Verde y Ala Plástica, de La Plata) que los jardines zoológicos se reemplazaran por videos documentales (El Día, 20/8/94; proyecto gestionado en Expediente Municipal 20346; e informe de guías voluntarios del zoo platense, octubre de 1996). Y no obstante que los videos son "cancerígenos", según la publicación ecologista española Integral (junio 1994).
Etcétera. Es decir, el atentado en mi casa de Escobar –murieron tres de mis perros y cinco gansos de estudio- el 11 de noviembre de 1983, porque días antes, por televisión, afirmé: "Ecologistas amigos, asesores del organismo llamado Cinturón Ecológico Area Metropolitana, Sociedad del Estado, CEAMSE, cortaron los vetustos viñedos de la zona de Florencio Varela, de 70 años, los del ´vino de la Costa´, para plantar sauces raquíticos encima de las ecológicas montañas de basura; eso sí, riegan a los ecológicos arbolitos de Navidad de la Ecología con arroyos destilados de los propios residuos y, ecológicamente, el afluente del pis de las ratas: reciclaje que le dicen; Ciencia" (38). La casual ausencia de mi domicilio tiroteado evitó el encuentro de contraofensiva, ¡una lástima! (In Memoriam de Franz, Frida, Pilz y aves de paso de ganso).
Etcétera: Digo que en mi casa de City Bell hubo otros atentados (1992, 1993, 1995, 1997): Gatos y perros envenenados con estricnina y Paratión-cebo (Erna, bullterrier; Eva, bassethound. Murieron cuadripléjicos. Salvé a la pobre Lillie, akita inu, pero quedó epiléptica), o sacrificados a tiros de ecologistas cazadores (Tat, american pit bullterrier), o gatitos crucificados en los postes de teléfonos –rescaté algunos-; ¿paranoia materializada o paradoja ecologal? (39)Enrique César Lerena de la Serna(*)
a 2000 metros de altura,
ante las cumbres de El Pelao,
Tafí del Valle, 1999
(*) Síntesis Biográfica
Enrique César Lerena de la Serna: llamado también con el pseudónimo de Jalí.
Nació en Buenos Aires, el 6 de noviembre de 1939. Su familia paterna dio cinco generaciones de veterinarios –veintisiete- y dos directores del zoológico de Buenos Aires: Tatarabuelo, bisabuelo, abuelo, tíos abuelos, padre, tíos, primos, hermano, sobrino. Tiene seis hijos.
Fue Oficial de Bomberos bonaerense –laureado con cuatro medallas Al Valor y diploma de Honor- e integró la Brigada de Explosivos de la Zona Norte.
Ex artista plástico (11 exposiciones individuales y casi 70 colectivas); ex humorista gráfico.
Filósofo, escritor, y actor de cine (Protagonista, co-protagonista y figura de reparto de los realizadores Lucas Demare, José Martínez Suárez, Jorge Pantano, Juan Antonio Serna, Ricardo Wullicher, Mario Lavín y Julio Iriarte, en once filmes); publicó más de 2500 ensayos y artículos en periódicos y revistas argentinas y extranjeras; autor del libro, con el cinólogo Sergio Grodsinsky, ¿Qué es un perro?, Ed. Libros Ethológicos, 1977. Dictó numerosas conferencias y seminarios.
Se doctoró en Ethología General, Tesis ad Magistra, en la Real y Pontificia Universidad de Salamanca, Valladolid, España, con dos estudios acerca del comportamiento de las aves de corral. Ha realizado una treintena de cursos cinológicos y posee título idóneo en Instrucción Canina. Son muy conocidos sus trabajos sobre gatos domésticos.
Profesor titular de las cátedras "Introducción a la Ethología", "Prehistoria e Historia del Perro", "Cinoethología" y "Ethología de los Animales de Laboratorio" (En la Escuela de Capacitación Profesional de la Asociación de Instructores Caninos, Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de Buenos Aires, Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA – carrera de Bioterio- e inst. Proyecto 2001).
Rector de la Escuela de Capacitación Profesional de AIC.
Delegado de la Sociedad Ethológica Internacional.
Ex vicepresidente de la Asociación de Instructores Caninos de la República Argentina (AIC)
Miembro Honorario de la Fundación Argentina de Ecología Científica (FAEC).
Premio Hoja de Roble 1994; Premio Charif de Oro, a las Ciencias, 1998.
Reside en Tafí del Valle, pcia. de Tucumán, solo, junto a tres perros japoneses (Oseros de odate o akita inu).
REFERENCIAS