Fotos de algunas expediciones hechas al Amazonas por Eduardo Ferreyra y el Prof. César
Miranda desde 1966 hasta 1998.

César Miranda, profesor Emérito de la Universidad Nacional de Córdoba, comenzó sus viajes de exploración al amazonas en 1964, en la región del Río Guaporé y noreste del Amazonas Boliviano. Eduardo Ferreyra hizo su primera expedición en Noviembre de 1970 - la "Expedición Cine-Documental Amazonas-Orinoco", que comenzó en Iquitos, Perú, y descendió el Amazonas-Solimoes hasta Manaus, Brasil. El plan original de remontar el Río Negro, alcanzar el Casiquiare y descender por el Orinoco tuvo que ser abandonado por razones técnicas: el bote de gtoma estaba en pésimas condiciones.
Originalmente planeada para cuatro hombres, sólo un viajero partió desde las riberas del Amazonas en Iquitos. Visto desde 32 años de distancia, la expedición era una locura nacida de la supina ignorancia en asuntos de selva. Sin embargo, el Dios de los Locos y Audaces permitió que una sola persona pudiese llevar a cabo las tareas de piloto de río, explorador, cocinero, cazador, productor de cine, guionista, director, cameraman (16 mm entonces!), fotógrafo, técnico de sonido y relaciones públicas -- y volver a casa para contarlo.
El largo viaje río abajo tuvo tres pasajeros inesperados: un estudiante Canadiense, Jack Maluga, de Wynyard, Saskatchewan, que "hizo dedo" desde un recodo del río, pidiendo un aventón hasta Leticia, Colombia, 400 km río abajo. Los otros dos abordaron el bote en Tabatinga, Brasil, enviados por el gobierno Brasileño como guías y traductores. Ellos eran: el Mayor Roberto Guranays, subjefe del "ParaSAR" (Paracaidistas de Búsqueda y Salvamento) de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB), y su ayudante, el Sarg. Djalma Lins e Silva. El gobierno aprovechó la oprtunidad para realizar un buen censo y recolección de datos en el áre del Alto Solimoes, su población, necesidades primarias, situación económica y de salud, etc.

Ferreyra
con Mukuinkiu, el "curaka" del caserío Jíbaro del Río Wichimi, cerca de la frontera
Ecuador-Perú, Enero de 1980.

Arriba,
izquierda: preparando el equipo de foto Nikon 35-mm antes de partir de Tamanicoá,
Alto Solimoes. El Sarg. Lins observa apoyado en su M-16. Ferreyra viajaba como
corresponsal especial de la revista SIETE DIAS de Argentina, que publicó
un extenso artículo sobre el viaje en Julio de 1971. Arriba, derecha:
Lins y Ferreyra descargan el generador eléctrico Honda E-300 que prestó servicios
invalorables durante la expedición, sirviendo como fuente de energía para el
transmisor de radio BLU y para iluminar los campamentos por la noche. Se hacían
transmisiones de radio casi todos los días a las bases en Manaus, y al Cuartel
General en Río de Janeiro. Gracias al transmisor fue posible salvarle la vida
a un muchacho mordido por una "jararaca", (víbora venenosa de tres metros de
largo) en una choza cercana a Petrolina. El mensaje fue recibido por "SalvAero
Manaus", el servicio de rescate de la Fuerza Aérea, que envió un hidroavión
PY-5 "Catalina" en un vuelo de 800 km para rescatar al muchacho y llevarlo al
Hospital General de Manaus, adonde fuimos a saludarle 30 días más tarde, después
de algunas variadas peripecias.



Un
breve alto en Sao Félix, (apenas una choza) para reparar la bomba de combustible
manual del motor fuera de borda Mercury 35 HP, que nos dió problemas hasta su
reemplazo por una bomba Johnsn, provista por un comerciante del río en Tamanicoá.
Llegada
a Sao Paulo de Olivenca, dos días río abajo desde Tabatinga. Se ven los bidones
de plástico que cargan 200 litros de gasolina. A la llegada a Manaus el bote
de goma Hutchinson dijo "Hasta acá nomás llego yo!".
Una vez en Manaus fui invitado a participar en el Curso de Supervivencia en la Selva y Lucha Antiguerrillera" (Curso de Commando) impartido en el CIGS (Centro de Instrucaó de Guerra na Selva) del Ejército Brasileño. Fue allí donde finalmente conocí realmente lo que es la selva y cómo se sobrevive con sólo un cuchillo y un machete,
Conocí allí a un oficial de Guyana (Mayor Watson Joseph), y a muchos Mayores y Coroneles Brasileños. Cerca del 30% de los alumnos se gradúan con el título de "Experto en Selva". El resto es enviado de regreso a sus unidades -frustrados y avergonzados.
Escena
típica de un Camel Trophy, donde un camión del ejército queda atascado en el
barro en el camino entre las bases de Puraquequara y BEC-2 (Campo de Instrucción
2). Un tramo de 11 km nos llevó más de 7 horas.
El
día previo al ejercicio final "Escape y Fuga" de un campo de concentración.
Los "prisioneros" deben huir y correr de noche 17 km a través de la selva hasta
llegar a un camino en la ruta al BEC-2 donde un camión les espera para llevarlos
a casa. Los "guarias" del campo comenzarán la persecución media hora después
de la fuga y tratarán de capturar a los fugitivos. Quien resulta apresado no
obtiene su graduación. Los prisioneros cuentan con la ayuda de indios "waimirís".
En
la parte Peruana del viaje: un indio Yagua perpara un dardo que usará
en su cerbatana, para cazar pájaros y proveer el almuerzo de su familia.
También
en la parte Peruana del Amazonas: una familia Jíbara oriunda del Alto Pastazas,
Ecuador. (No son de la región de Iquitos; fueron traídos por una agencia de
turismo como una atracción turística), preparan sus cerbatanas para la caza
diaria. Los dardos son envenenados con "curare" sólo para cazar, ya que la guerra
se realiza con escopetas, lanzas y machetes.
Un
indio Tirió en la misión de Tiriós, cerca de la fron-tera con Surinam,
mantenida de manera conjunta con la Fuerza Aérea Brasileña. Se ha conseguido
reunir tres grupos diferentes de indios, enemigos tradiciona-les por siglos:
Tiriós, Cashuyanas, y Ewrarhoyanas. Hoy viven en paz, con la valiosa ayuda de
la FAB.
EXPEDICIÓN a la JIBARÍA en WICHIMI ECUADOR
En 1980, Ferreyra y Miranda hicieron su primer viaje juntos, una investigación entre los Jíbaros (Shuaras) en Ecuador. La "jibaría" está sobre el Río Wichimi, y su patriarca es un "curaka", leyenda en la región pues ha cazado 14 cabezas de sus enemigos --y las redujo. Los jíbaros son polígamos, aunque las nuevas generaciones han sido convertidas al cristianismo y abandonado la práctica. Aún así, hay casas donde el curaka tiene dos o tres esposas.
Waákiach,
hijo de Mukuinkiu, es un guerrero achuara con "todas las de la ley":
sólo los guerreros que han probado su coraje pueden usar la tawaspa,
tocado de plumas de tucán. Nuestro amigo luce una camisa roja de rayón que no
quiso quitarse: tiene feas cicatrices en el pecho, heridas de guerra que no
le gusta mostrar.
Ferreyra
filmando a un guerrero en su "chaco", mientras Petsein, otro hijo de Mukuinkiu,
observa con curiosidad al grabador. La pila de leña al fondo será quemada siguiendo
la ancestral costumbre de "corte y quema". Repartieno las tareas, los hombres
derriban la selva y siembran, las mujeres quitan malezas y cosechan.
El Curaka Mukuinkiu muestra
con orgullo el regalo que acabo de darle: un collar de cuentas que compré a
los indios Cuna de Panamá. Los jíbaros también hacen el mismo tipo de adornos,
ahora con cuentas de plástico, pero en los viejos tiempos usaban semillas de
colores y huesitos de pájaros.
Detalle
de la "tawaspa" de Waákiach. En la parte posterior tiene un aditamento llamado
tsukanka apujtai, hecho con plumas de tucán y una larga cola de cabello
humano (de un enemigo muerto o de alguien que se lo cortó para venderlo). Cuand
partí, accedió a venderme su tawaspa por el equivalente a 50 dólares. Una fortuna
allí!.
Los
hermanos de Mukuinkiu: Rumik a la izquierda, y el "gordo" Antuni a la derecha.
Rumik tiene 9 cabezas reducidas, Antuni ya tiene 11. Foto tomada durante la
visita que hicieron a la casa de Petsein. Bebieron nijiamanche (chicha
de yuca), la charla duró horas y todo el mundo se enteró de las últimas noticias
en la región. Ni UPI ni CNN aquí. (Afortunados!)